La importancia de las escuelas de padres y la orientación familiar
Los cambios acelerados y continuos que hacen compleja la sociedad en que vivimos exigen que estimulemos en nuestros niños y jóvenes competencias que le permitan adaptarse exitosamente. El siglo XXI requiere un nuevo perfil de “ser humano integral” crítico, creativo, resolutivo, comunicador, colaborador, intuitivo, perceptivo, persistente, adaptable, líder, negociador y ético. La aventura de su construcción inicia con la interacción familiar.
La velocidad con que se vive esta nueva realidad obliga a ser innovadores en los métodos de crianza y educación. Para los padres puede llegar a ser difícil el conciliar pautas generales con el proceso de desarrollo del niño, que es único e irrepetible. En el viaje que representa la construcción de este “ser humano integral”, las desviaciones, muchas de ellas naturales, suelen ser vividas por los padres de forma angustiante porque se enfrentan a las preguntas: ¿será capaz de adaptarse?, ¿seré capaz de ayudarle? generadas por la incertidumbre de lo impredecible de estos tiempos.
Por ello, la orientación familiar es fundamental en la intervención clínica de los menores y jóvenes. En nuestro centro es concebida como “Escuela de Padres” diseñada con la intención de que sirva como espacio para el aprendizaje, reflexión, intercambio, aportación, innovación y contribuya también al desarrollo integral de los padres para que acompañen a sus hijos, independientemente de las características particulares del caso, en la adquisición de las competencias cognitivas, emocionales y sociales necesarias para afrontar las exigencias de la sociedad del siglo XXI. El cambio significativo en la forma de pensar-sentir-hacer es el fin último que redunda en el abordaje coherente del desarrollo del niño y de las alteraciones que se puedan presentar a lo largo del mismo.
La Orientación Familiar así concebida favorece el auto-conocimiento de los padres: reconocimiento de sus potencialidades, habilidades, miedos, percepción de las limitaciones ante su rol de padre/educador/co-terapeuta, facilitando el conocimiento de las características evolutivas, necesidades y potencialidades de sus hijos, recursos estos últimos, que servirán para superar cualquier alteración, dificultad o disfuncionalidad. De esta forma la Orientación Familiar concibe a los padres como seres en constante aprendizaje, activos, dinámicos y creativos, constructores y favorecedores del desarrollo de sus hijos.
Ana Isabel Sanz. Psiquiatra infantojuvenil
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